EL GRUPO DE ESCRITORES

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EL MONTE PARNASO

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EL MONTE PARNASO SE ENCUENTRA EN ATENAS, Y SEGUN LA MITOLOGÍA, EN SU LADERA SE REUNÍAN LAS MUSAS.

MARGARITA DEL C. MORALES LO DESCRIBE EN EL POEMA QUE SE ENCUENTRA A LA DERECHA DEL BLOG:



martes, 29 de mayo de 2012

ALFONSINA -INFANCIA Y JUVENTUD-

22/ 05/ 1892 - 22/ 05/ 2012

Sus padres fueron Alfonso Storni y Paulina Martignoni, quienes junto a sus hermanos mayores, María y Romero, llegaron a la provincia de San Juan desde Lugano, Suiza, en 1880. Fundaron una pequeña empresa familiar, y años después, las botellas de cerveza etiquetadas «Cerveza Los Alpes, de Storni y Cía», comenzaron a circular por toda la región. En 1891 la familia viajó a Suiza quedando en la provincia algunos hermanos y en 1892, el 22 de mayo, nació ella en Sala Capriasca siendo la tercera hija del matrimonio Storni-Martignoni. Su padre, un hombre «melancólico y raro»,11 fue quien eligió el nombre. Años más tarde, Alfonsina le diría a su amigo Fermín Estrella Gutiérrez: «me llamaron Alfonsina, que quiere decir dispuesta a todo». Hay otras versiones que indican que nació el 22 de mayo pero la registraron el 29 y otras que afirman que nació en un barco en altamar. Fue bautizada en la parroquia de Tesserete, lugar en el que actualmente se puede leer en el margen del acta de bautismo una inscripción realizada por el sacerdote Osvaldo Crivelli que dice Grande poetesa morta al mar della Plata. Alfonsina aprendió a hablar en italiano, y en 1896 regresó a San Juan, de donde son sus primeros recuerdos. Estoy en San Juan, tengo cuatro años; me veo colorada, redonda, chatilla y fea. Sentada en el umbral de mi casa, muevo los labios como leyendo un libro que tengo en la mano y espío con el rabo del ojo el efecto que causo en el transeúnte. Unos primos me avergüenzan gritándome que tengo el libro al revés y corro a llorar detrás de la puerta Su madre la anotó en el jardín de infantes, donde se la recuerda como una chica curiosa y que hacía muchas preguntas, imaginaba mucho y mentía. Su madre tenía dificultades para enseñarle a decir la verdad. Inventaba incendios, robos, crímenes que nunca aparecían en los policiales de los periódicos, metía a su familia en líos y en una oportunidad invitó a sus docentes a pasar las vacaciones a una quinta imaginaria en las periferias de la ciudad. El recuerdo de su padre lo reflejó en el poema A mi padre, el cual se basa en la actitud melancólica del señor que en esa época promediaba los treinta años, y en otro recita: Que por días enteros, vagabundo y huraño no volvía a la casa, y como un ermitaño se alimentaba de aves, dormía sobre el suelo y sólo cuando el Zonda, grandes masas ardientes de arena y de insectos levanta en los calientes desiertos sanjuaninos, cantaba bajo el cielo. Si bien la imagen del padre tiene matices melancólicos, la de la madre refleja tristeza oculta que muestra, a su vez, la marca de la resignación femenina. De ella escribió: Dicen que silenciosas las mujeres han sido De mi casa materna....Ah, bien pudieran ser A veces, en mi madre apuntaron antojos de liberarse, pero se le subió a los ojos una honda amargura, y en la sombra lloró. Se supone que esta descripción de la madre corresponde a la época que precedió la mudanza a Rosario y a los años posteriores que fueron difíciles. En 1900 nació Hildo Alberto, el último hermano, a quien tuvo que proteger. Viaje a Rosario En 1901 la familia se trasladó nuevamente, esta vez a la ciudad de Rosario, por motivos desconocidos. Llevaron consigo algunos ahorros con los que Paulina abrió una pequeña escuela domiciliaria, y pasó a ser la cabeza de una familia numerosa, pobre y sin nadie que la maneje. Los alumnos abonaban un peso con cincuenta por cada uno y llegaron a ser cincuenta; sin embargo, la ganancia de setenta y cinco pesos mensuales no permitían una vida cómoda. Instalaron el «Café Suizo», cerca de la estación de tren; no se sabe la fecha con certeza, pero sí que el proyecto fracasó. Alfonsina dejó de asistir a la escuela y comenzó a trabajar lavando platos y atendiendo las mesas a la edad de diez años. Las demás mujeres comenzaron a trabajar de costureras. El fracaso lo puede haber provocado la imposibilidad de manejar el negocio y el alcoholismo del padre, quien se sentaba en una mesa a beber hasta que su esposa, junto con uno de sus hijos, lo arrastraban hasta su cama. Una vez cerrado el emprendimiento se mudaron de casa, su hermana María se casó y Alfonso, su esposo, falleció por causas que no se conocen. Este hecho coincide con la edad en que Alfonsina comenzó a escribir poesías. Tenía un mal recuerdo de aquel momento y lo expresó de esta manera: A los doce años escribo mi primer verso. Es de noche; mis familiares ausentes. Hablo en él de cementerios, de mi muerte. Lo doblo cuidadosamente y lo dejo debajo del velador, para que mi madre lo lea antes de acostarse. El resultado es esencialmente doloroso; a la mañana siguiente, tras una contestación mía levantisca, unos coscorrones frenéticos pretenden enseñarme que la vida es dulce. Desde entonces, los bolsillos de mis delantales, los corpiños de mis enaguas, están llenos de papeluchos borroneados que se me van muriendo como migas de pan. Las tareas domésticas no le dejaban tomarse un descanso, ya que tenía que ayudar con la costura a su madre hasta la madrugada y con las tareas escolares a su hermanito. Una fotografía tomada en 1905 los muestra sentados en un sillón de mimbre y al niño vestido con trajecito de marinero. Esta toma fue hecha por un fotógrafo del barrio un día que ella vistió a su hermano y salió con él, según relató Olimpia Perelli, su media hermana. pero dado que este trabajo no le gustaba se independizó y consiguió empleo como actriz. Más tarde recorrería varias provincias en una gira teatral. Storni ejerció como maestra en diferentes establecimientos educativos y escribió sus poesías y algunas obras de teatro durante este período. Su prosa es feminista, ya que busca en ella la igualdad entre el hombre y la mujer, y según la crítica, posee una originalidad que cambió el sentido de las letras de Latinoamérica. Otros dividen su obra en dos partes: una de corte romántico, que trata el tema desde el punto de vista erótico y sensual y muestra resentimiento hacia la figura del hombre, y una segunda etapa en la que deja de lado el erotismo y muestra el tema desde un punto de vista más abstracto y reflexivo. La crítica literaria, por su parte, clasifica en tardorrománticos a los textos editados entre los años 1916 y 1925 y a partir de Ocre encuentra rasgos de vanguardismo y recursos como el antisoneto. Sus composiciones reflejan, además, la enfermedad que padeció durante gran parte de su vida y muestran la espera del punto final de su vida, expresándolo mediante el dolor, el miedo y otros sentimientos.

Fuente: Internet

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