EL GRUPO DE ESCRITORES

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EL MONTE PARNASO

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EL MONTE PARNASO SE ENCUENTRA EN ATENAS, Y SEGUN LA MITOLOGÍA, EN SU LADERA SE REUNÍAN LAS MUSAS.

MARGARITA DEL C. MORALES LO DESCRIBE EN EL POEMA QUE SE ENCUENTRA A LA DERECHA DEL BLOG:



martes, 3 de junio de 2014

FEDERICO GARCIA LORCA

5/ 06/ 1898    18/ 08/1936

Nació en Fuente Vaqueros,
Granada el 5 de junio de 1896. 

El 13 de octubre de 1933, Federico llegaba a Buenos Aires desde Barcelona a bordo del barco "Conte Grande". Según uno de sus más destacados biógrafos, Ian Gibson, aquí fue feliz y conoció por primera vez el éxito y el reconocimiento unánime de la crítica y el público que llenó durante meses la sala del Teatro Avenida para disfrutar de "La zapatera prodigiosa". La había estrenado en 1930 con la notable compañía de Margarita Xirgu, en el Teatro Español de Madrid, pero diría Lorca: "En realidad su verdadero estreno es en Buenos Aires y bailada por la gracia extraordinaria de Lola Membrives con el apoyo de su compañía". Federico brindó varias conferencias en Buenos Aires; la primera, a poco de llegar en "Amigos del Arte" sobre "Juego y teoría del duende" en la que le regaló al público argentino estas palabras: "El dirigir la palabra esta noche al público no tiene más objeto que dar las gracias bajo el arco de la escena por el calor y la cordialidad y la simpatía con que me ha recibido este hermoso país, que abre sus praderas y sus ríos a todas las razas de la tierra. A los rusos con sus estrellas de nieve, a los gallegos que llegan sonando con ese cuerno de blando metal que es su idioma, a los franceses en su ansia de hogar limpio, al italiano con su acordeón lleno de cintas, al japonés con su tristeza definitiva. Pero a pesar de esto, cuando subía por las ondas rojizas y ásperas de cómo la melena de un león que tiene el Río de la Plata, no soñaba esperar, por no merecer, esta paloma blanca temblorosa de confianza que la enorme ciudad me ha puesto en las manos; y más que el aplauso, agradece el poeta la sonrisa de viejo amigo que me ofrece el aire luminoso de la Avenida de Mayo. En los comienzos de mi vida de autor dramático yo considero como fuerte espaldarazo esta ayuda atenta de Buenos Aires que correspondo buscando su perfil más agudo entre sus barcos, sus bandoneones, sus finos caballos tendidos al viento, la música dormida de su castellano suave y los hogares lindos del pueblo donde el tango abre en el crepúsculo sus mejores abanicos de lágrimas". Aquí Lorca vibró con el tango y se fascinó con el sonido único del bandoneón en aquellas interminables noches en la Peña del Tortoni, donde se reunían los artistas y poetas de la Bohemia porteña como Raúl González Tuñón. Por aquellos días conoció y escuchó cantar a Gardel, al que le dijo "En la ciudad del tango tengo la fama de un torero". También compartió largas charlas con el cónsul chileno en Buenos Aires, Pablo Neruda, y organizó con él un homenaje al enorme nicaragüense Rubén Darío que se convierte en un libro con dibujos de Lorca. Federico se enamoraba de aquellos aires buenos, de los bolichitos donde prefería el vodka ruso. En uno de ellos les leyó a sus amigos: "La casa de Bernarda Alba", que llevaba el subtítulo de "drama de mujeres en los pueblos de España" y pensaba estrenar en Madrid. En su habitación 704 del Hotel Castelar siguió escribiendo "Yerma", que le tenía prometida a Lola Membrives. Lorca habló por teléfono a España desde los estudios de Radio Splendid; en aquel emocionado saludo, uno de los pocos registros de su voz, puede escucharse: "Nadie sabe, ni se imagina, la emoción simple y profunda que rodea mi corazón como una corona de flores invisibles al saber que en estos instantes mi voz se está oyendo en América y que, sobre todo, está vibrando en Buenos Aires enredada en el gran altavoz del bar o disminuida en la pequeña radio que tienen en su cuarto de estudiante o la muchachita que hace escalas en su piano. ¡Salud, amigos!". Federico dejó Buenos Aires el 27 de marzo de 1934 extrañándola: "Y es que Buenos Aires -decía- tiene algo vivo y personal; algo lleno de dramático latido, algo inconfundible y original en medio de sus mil razas que atrae al viajero y lo fascina. (.) Me voy con gran tristeza, tanta, que ya tengo ganas de volver". Le escribía a su padre: "Buenos Aires es una ciudad maravillosa. Es como me gustaría que fuera España: cosmopolita, llena de amigos, desprejuiciada, tumultuosa, desbordante de vida y de cultura...". Dos años después En el expediente levantado por los que vivaban la muerte y mataban la vida, podía leerse que Federico era "un escritor subversivo y homosexual". Todo esto lo condenó y bastó para que aquel 18 de agosto de 1936 fuera fusilado junto a un maestro y dos toreros anarquistas. Aquel régimen asesino que llegaba para quedarse por 40 años no soportaba tanto arte, tanto duende.

Fuente: Prof. Felipe Pigna

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